Hay días en que la mente no se calla. Pensamientos que van y vienen, preocupaciones, listas infinitas. Queremos silencio, pero solo encontramos ruido.
Cuando pase, intenta no luchar. Observa. Respira. Escribe lo que te ronda la cabeza. Haz algo que te ancle: lávate la cara con agua fría, camina, siéntate con una taza de té.
La mente necesita espacio para descansar. A veces solo necesita que le digas: Estoy aquí. Te escucho. Pero hoy no mandas tú.
Si necesitas poner palabras a tu ruido, aquí estoy.
Con silencio, Alma