Vivimos en una sociedad que premia la prisa. El estrés es normal. El cansancio, también. Pero parar, cuidarse y elegir la calma puede ser un acto de rebeldía.
La calma dice: No corro más de lo que puedo.
La calma dice: Mi cuerpo importa.
La calma dice: Hoy me doy espacio.
Elegir la calma es resistir el ruido y recordar qué es esencial.
Si quieres compartir esta forma de resistencia, aquí tienes un espacio.
Con calma rebelde, Alma